Ir en bicicleta puede ser una forma estupenda de hacer ejercicio, dejar el coche en casa y ahorrar dinero en gasolina. Sin embargo, también puede ser arriesgado. Si tienes curiosidad por conocer las normas de circulación y los riesgos de montar en bicicleta en lugar de conducir, sigue leyendo para obtener más información sobre el ciclismo como medio de transporte. El ciclismo es un deporte de bajo impacto que plantea muy pocos riesgos en comparación con otros deportes como el hockey sobre hielo o el rugby. Sin embargo, como es tan nuevo en muchas partes del mundo y aún no ha sido ampliamente adoptado por las compañías de seguros y sus clientes, hay muy pocos recursos disponibles sobre cómo protegerse mientras se practica el ciclismo y qué pólizas de seguro están disponibles para ayudarle a hacerlo. Este artículo le dará detalles sobre los distintos tipos de seguros para ciclistas, le explicará qué implican y cuánto pueden costarle si decide contratarlos.
¿Qué es el seguro ciclista?
El seguro de ciclismo es un tipo de seguro de responsabilidad civil para ciclistas que quieren protegerse a sí mismos y a sus pertenencias de los daños o pérdidas debidos al robo o deterioro de una bicicleta. Esto es especialmente útil para los ciclistas que se desplazan diariamente al trabajo y los ciclistas recreativos que no tienen un garaje u otro lugar seguro para guardar su bicicleta.
El seguro de ciclismo cubre los gastos de sustitución de los bienes robados o de reparación de los daños sufridos por la bicicleta. Si chocas con un coche u otro objeto mientras montas en bici, tu seguro puede cubrir parte de los costes de tus lesiones. Si resultas herido en un accidente y tienes un seguro de bicicleta a todo riesgo, la compañía de seguros pagará el importe total de tus facturas médicas y te devolverá el dinero prestado.
¿Por qué necesitas un seguro de ciclismo?
Como ocurre con muchos tipos de deportes, el ciclismo es intrínsecamente arriesgado. Aunque plantea menos riesgos que otros deportes, existen peligros inherentes que deben tenerse en cuenta.
El primero y más obvio es el riesgo de ser atropellado por un coche. Los ciclistas tienen muchas menos probabilidades de ser atropellados por otro ser humano que alguien que camina por la acera o va en bicicleta, pero sigue siendo un riesgo, ya que cada año mueren 6 millones de personas en accidentes de tráfico. Para reducir ese riesgo, los ciclistas deben llevar casco, obedecer las leyes de tráfico y utilizar los carriles bici designados siempre que sea posible.