Aquí hay un mito que parece sacado de un cuento de hadas, pero a algunas mujeres les gustaría que se hiciera realidad aunque solo fuera por toda su vida con el hombre que aman, ¡y por el resto de la eternidad!.
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Podemos pensar en ello cuando llegue el momento
Bromas aparte, muchas mujeres enamoradas se preocupan con razón o sin ella y solo quieren una cosa: mantener al amado “ad vitam” y apropiarse de su cuerpo.
El espíritu y por qué no el alma ya que a sus ojos es el “alma gemela” de ellos. De alguna manera podemos entender que tal amor quiera ser exclusivo pero ¿es realista y tan deseable como querer apropiarse plenamente del objeto de su deseo sabiendo que muy a menudo es ¿Es también esta voluntad absoluta y algo extrema la que, paradójicamente, hace huir al amado?.
Es una cuestión real la de la pasión en el amor, la del vínculo que une y no debe transformarse en cadenas, en cuyo caso el amor se traslada a una prisión de la que se quiere escapar.
Amor en pareja para toda la vida
Contrariamente a la creencia popular, a menudo son las parejas que se permiten la mayor libertad y reglas simples las que permanecen fieles y seguras en su relación, esto sin ningún otro obstáculo que jugar el juego de una Ley de Atracción que primero se aplica a ellos mismos sin excluyendo el resto del mundo.
En pareja, saber dejar la puerta abierta y olvidar a sabiendas la llave ya es prueba de amor que luego te permite construir con confianza y con el tiempo ese lazo sutil que une sin esclavizar al otro, por lo que está en la apertura de la mente.
Demasiadas mujeres tienen precisamente miedo de esta libertad demasiado grande para ir a contrario
Sellar tu amor no es verterlo en cemento para mantenerlo encerrado en su matriz sino al contrario ensanchar los campos de acción y abrir permanentemente un horizonte común para avanzar y sentirnos aún más libres juntos.
Evidentemente, presentar la relación de pareja idealizada de esta manera parece un poco alejado de las realidades objetivas con las que invariablemente se adorna el amor, es decir sentimientos humanos como los celos o incluso los impulsos sexuales que los hombres pueden sentir bastante naturalmente.
Estos problemas son parte del día a día y hay que saber superarlos o incluso afrontarlos en una lucha que sigue siendo personal: una mujer debe saber conquistar sus celos antes de que ganen, y el hombre también debe luchar sanamente contra sus instintos primarios.